La mañana para los peques, mediodía para el aperitivo, la noche para los mochuelos
Al Día de la Castaña de Pinos Genil no le faltó de na. Los cocos lo pasaron bomba, los papás y mamás revivían sus propias juventudes, y los más resistentes seguían en la brecha hasta las tantas. Hubo buen rollo en todo momento. ¿Cómo no? Todo rodaba sobre un base líquida del mejor lubricante de la vida social conocido por el hombre.
He aquí la segunda tanda de fotos. Mañana la última. .